Muchos niños cambian de club de fútbol con la ilusión de mejorar su futuro deportivo, pero a menudo estas decisiones están influidas por falsas promesas o percepciones erróneas. En algunos casos, clubes o entrenadores les prometen oportunidades irreales, asegurando campeonatos o mejores condiciones sin tener una base sólida detrás.
Otro factor común es el desánimo que sienten los pequeños al pensar que su actual equipo no tiene opciones de ganar títulos, olvidando que el fútbol va más allá de los resultados: es una oportunidad para aprender, crecer y disfrutar del deporte. Cambiar de club sin una evaluación adecuada puede llevar a una experiencia menos enriquecedora y, en muchos casos, a la frustración cuando las promesas no se cumplen.
Es fundamental recordar que el desarrollo de un niño en el fútbol no depende solo del club, sino de la dedicación, el trabajo duro y el amor por el juego. La formación integral es clave para un futuro exitoso, más allá de las medallas y los trofeos.
Y nosotros como padres, deberíamos de valorar lo que nos ofrecen estos clubs más humildes pero donde nuestros hijos tienen una importancia, que quizás en otro club no la tendrá.
Deja que el niño disfrute, que siga creciendo como futbolista y sobre todo, que siga amando este deporte y crezca con los compañeros y amigos que el fútbol le ha dado.
Hoy en día, el niño que tenga que llegar, llegará…sólo démosle tiempo.
FUENTE: David Santana Rodríguez