Como formador de fútbol base no observo a mis jugadores con el objetivo de encontrar la mejor relación habilidades/rendimiento del equipo. Eso estaría bien si todos los jugadores de la plantilla cumplieran los mínimos establecidos para su categoría.
Sin embargo, en la mayoría de casos no es así y existen innumerables carencias que cubrir tanto en aspectos técnicos, tácticos y físicos como psicológicos y sociales.
El foco lo oriento hacia mejorar las habilidades individuales de cada uno. Cada entrenamiento es un reto pero, cada partido es una oportunidad más para retarlos. Cambiarlos de posición, dejar que busquen sus propias soluciones dentro del abanico de conceptos que se les propone, premiar la intencionalidad, el gesto o la acción colectiva sin importar cual fue el resultado de la misma.
De esta forma estoy seguro de que no ganaré una liga (como ha sido hasta ahora tras casi 20 años en los banquillos) pero estoy ayudando a cada INDIVIDUO a mejorar y potenciar sus habilidades. Esto alarga sus vidas dentro del fútbol y pienso, que de esto va la cosa.
FUENTE: Academia SM Fútbol