En el fútbol base, el juego libre no es solo diversión, es crecimiento. 💡 Cada vez que un niño corre detrás del balón, salta, tropieza y se levanta, está construyendo algo más grande: coordinación, memoria, creatividad y amor por el deporte. Pero… ¿qué estamos haciendo? 🤔
Hoy, muchos entrenadores y clubes se ven atrapados en la presión de «demostrar» su trabajo. 📋📈 Más ejercicios dirigidos, menos juego. Y aunque parece profesional, lo que estamos quitándoles es la esencia del fútbol. ¡El fútbol es juego! 🕹️⚽
Si no les dejamos explorar, aprenderán menos. 💭 Los niños que no juegan lo suficiente desde pequeños llegan a las etapas juveniles con desventajas: más problemas de coordinación, menos creatividad y dificultades para leer el juego. 😟 ¿Qué pasó con los entrenos donde se aprendía jugando?
👉 Jugar no es perder el tiempo, es el corazón del aprendizaje. Cuando dejamos que los peques corran, rían, prueben y experimenten en libertad, estamos ayudando a desarrollar esas habilidades mágicas que el fútbol necesita: el equilibrio del regate, la visión del pase, el control del cuerpo. Todo empieza ahí. 🌟⚽
📢 Dejemos que el fútbol base vuelva a ser un patio lleno de risas y libertad. Porque más que jugadores, estamos formando personas. 👶💪
💬 ¿Y tú, qué opinas? ¿Qué recuerdos tienes de jugar libre en la infancia?
🔥 ¡Déjanos tu comentario y comparte este mensaje!
Fuente: Omar Hernández – Director Técnico Profesional de Fútbol