La cabeza del entrenador, siempre está en marcha. Si se gana, y es de la manera en la que se trabaja, se sigue intentando para mejorar lo que tenemos. Si perdemos, nos volvemos locos… que si me equivoqué en esto o aquello, que si tengo que cambiar mi metodología y quizás no llegue a los jugadores, o no se transmitirlo.
Siempre está rondando cosas por nuestras cabezas, pero sobre todo porque intentamos sacarles lo mejor a nuestros jugadores. La cosa se acentúa cuando trabajamos con niños, ahí no sólo vale los Resultados, porque sabemos que de nuestro trabajo, saldrán lo más importante. Que los niños salgan lo mejor posible en su preparación. Que sean capaces de recibir y dar un pase, que adopte la posición lo mejor posible para hacer controles y controles orientados. Que sepan cuando usar el interior, que sepan golpear de cabeza, que sepan colocarse en el campo, lo que es bascular y así un sinfín de cosas.
Quizás los ENTRENADORES FORMADORES, no deberíamos de volvernos tan loco con los resultados de la Competición y sí trabajar en el enriquecimiento personal de cada jugador, pensar en que si al final de la Temporada, cada niño que ha pasado por nosotros ha mejorado, HEMOS CUMPLIDO.
Recuerden, NOSOTROS somos la HERRAMIENTAS a predisposición de los niños, y no al contrario. No dudes de ti ni de tu trabajo, pero recuerda, que trabajas para el enriquecimiento del jugador, y eso es lo que te hará mejor ENTRENADOR.
David Santana Rodríguez