-«Ok, vamos a conversar algunas cosas pero, ¡Ojo!, NO es regaño»- (Mi frase justo antes de darles la regañada de sus vidas 🤣🤣🤣).
Jajaja, bueno, bueno, en realidad solo es broma pero lo cierto es que muchas veces, cuando estamos en consulta con los padres de familia vamos descubriendo, poco a poco, que algunas de las sintomatologías que presenta el niño no forman parte de su personalidad sino que son simplemente una respuesta natural a los estilos de crianza que están aplicando en el contexto deportivo.
Esto puede resultar algo doloroso para muchos padres de familia al darse cuenta de que han cometido errores que terminaron generando estrés, frustración o sufrimiento a sus hijos (desde luego, sin tener nunca esa intención en mente).
Cometer fallos es parte natural del proceso de aprender a ser padres. Por eso es importante mantener una comunicación abierta y franca con nuestros hijos así como buscar apoyo o información que nos permita comprender qué reacciones son naturales en los niños (tomando en cuenta su edad) para así prevenir situaciones que traigan conflicto desde la cancha hasta nuestro hogar.
Intentar ser un padre o madre presente en la vida de nuestros hijos es una tarea a veces confusa y otras agotadora, así que no tengas miedo de abrir tu corazón con ellos, de pedir disculpas o reconocer tus errores y seguir aprendiendo. Ellos necesitan saber que papá y mamá también pueden equivocarse pero que siempre, en cualquier circunstancia, estarán intentando ser la mejor versión de padres que pueden llegar a ser… Tranquilo, estás haciendo lo mejor que puedes.
FUENTE: Nury Moguel Núñez. Psicología Deportiva.