Un buen entrenador de fútbol entiende que, aunque su rol es fundamental, la verdadera figura del equipo es el jugador.
El entrenador guía, motiva y establece estrategias, pero son los jugadores quienes ejecutan en el campo y determinan el resultado del partido. Al reconocer esto, un entrenador inteligente fomenta la confianza, el crecimiento individual y colectivo, poniendo siempre en primer lugar el talento y las habilidades de sus jugadores. Así, se convierte en un líder que potencia el equipo, sin eclipsar el protagonismo que merecen los que están en el terreno de juego.
Cada uno es importante, en un rol como lo es formar un equipo, pero en la formación, lo importante es el jugador. Con el tiempo, el entrenador será reconocido por los jugadores que entrenastes años atrás. Esa es la mejor forma, de saber que lo hicistes bien.
Disfruta del proceso, tú también como entrenador, eres responsable que ese niño que entrenaste, haya evolucionado y llegado ahí.
David Santana Rodriguez