Nada más tóxico que un trofeo de Máximo Goleador en una liga infantil. Absolutamente deleznable que no lo rechacemos con más ahínco quienes se supone nos dedicamos a esto para enseñar un deporte de EQUIPO. ¿Que es lo que premia? ¿En que beneficia al niño recibirlo? La ligas infantiles no se caracterizan por la igualdad y salvo un par de partidos en la liga, son pocos los marcadores donde la diferencia no se refleja abruptamente en el marcador.
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Así, el goleador que es incapaz de hacerse notar en esos partidos parejos donde un buen defensor lo enfrenta, se aboraza a golear contra aquellos equipos cuya experiencia es bastante menor. Niños con ocho o nueve goles en un solo partido, dan alas a la fructífera imaginación de sus padres que relatarán la hazaña homericamente plagando instagram de goles y acciones que a la postre son intrascendentes en un resultado predestinado a la goleada con cualquiera que hubiera jugado.
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En el enfrentamiento entre lo colectivo vs lo egoísta, muchos entrenadores apostamos claramente por lo primero y valoramos la ambición del delantero por hacer goles cuando su afán es hacer ganar al equipo y no hacerse ganar él. Y de no ser porque con las diferencias de nivel entre equipos fomentarían un voraz apetito por golear a los más débiles, cambiaría el trofeo de jugador máximo goleador por el de equipo mas goleador. Dada las circunstancias, mejor mandar al carajo los trofeos, todos, y mirar solo por la mejora del cada quien y del todo.
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¡NO A LOS TROFEOS INDIVIDUALES!
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FUENTE: Juan Antonio Gallardo Bueno