Aveces, en ocasiones muy crueles esta pasión se vuelve una ola de tristeza inconsolable
Un dolor intenso que cala hasta la médula
No hay palabras que consuelen ese instante en el que un silbatazo lo acaba todo
No hay refugio para una mente acostumbrada siempre a ganar, que no quiere segundos lugares y por mas resiliencia que exista no hay cabida para esto.
Te hablo de esos instantes donde sabes que eres el perdedor, donde ves al rival celebrar con algarabia y regocijo y tu….simplemente te toca ese trago tan amargo de una dolorosa derrota.
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FUENTE: Cancha Registrada