Hoy quiero hablaros de algo que va más allá de los goles, las asistencias o las victorias. Hablo de lo que realmente hace grande al fútbol base canario: el papel del entrenador . Y no me refiero solo a marcar listas, imponer reglas o castigar a los jugadores que llegan tarde. Me refiero a algo mucho más profundo: el conocimiento, la formación y el cariño por el juego .
Escuchaba recientemente una frase que resume perfectamente esta idea: «Un futbolista solo se rinde al entrenador ante su conocimiento» . Esto es oro puro. No basta con exigir disciplina si no vas a enseñar nada nuevo. No vale solo con decir «está prohibido llegar tarde» si luego no demuestras al jugador cómo mejorar su técnica, su comprensión táctica o su amor por el fútbol.
En nuestras islas, donde tantos cracks han nacido, sabemos bien que el éxito no depende únicamente de talento natural. Depende de quien esté al lado del jugador durante sus primeros años , guiándolo, moldeándolo y ayudándole a crecer como persona y como deportista. ¿De qué sirve tener un gran jugador si no le enseñas a entender el juego? El fútbol es un arte, y los buenos entrenadores son los maestros que transforman ese arte en algo sublime.
Pero hay algo que debemos reconocer: no todo está bien en nuestro sistema. A veces nos centramos demasiado en lo externo (la disciplina, los horarios, las normas) y olvidamos lo esencial: hacer que cada jugador sea mejor cada día. Un buen entrenador no es quien marca más reglas, sino quien sabe transmitir su pasión por el fútbol. Es quien convierte a un chaval que juega porque «es lo que hay» en alguien que vive para correr detrás de una pelota, porque entiende que este juego, aunque difícil, puede ser hermoso.
Por eso, desde aquí lanzo un mensaje claro: nuestros entrenadores tienen una responsabilidad enorme . No solo están formando futbolistas; están forjando personas. Y para ganarse el respeto de esos jóvenes, deben demostrar que saben más que ellos sobre el terreno de juego. Que pueden enseñarles algo nuevo cada día. Que les harán mejores no solo físicamente, sino mentalmente y emocionalmente.
Así que, queridos entrenadores del fútbol base canario, os pedimos esto: no dejéis que la rutina os robe vuestra misión principal. Enseñad, compartid vuestro conocimiento, mostrad a esos niños y adolescentes por qué el fútbol es tan especial. Porque cuando un jugador siente que mejora, cuando entiende mejor el juego, cuando ve que cada día es más feliz corriendo detrás de una pelota… ahí es cuando empieza su verdadero camino hacia el éxito.
¿Y vosotros? ¿Qué pensáis sobre el papel de los entrenadores en el fútbol base? ¿Qué cualidades creéis que deberían tener para sacar lo mejor de nuestros jóvenes talentos? Dejad vuestras opiniones en los comentarios 👇 porque juntos podemos seguir construyendo una cantera de oro que haga brillar al fútbol canario en el mundo.