Fiebre de prearranque.

-«Siempre que voy a tener partidos es lo mismo… mis defensas bajan, a veces me da fiebre, me siento mal… mi corazón late muy rápido, casi no puedo respirar y en mi mente dan vuelta pensamientos sobre lo que pasará, si serán buenos, si puedo ganar»-

Mientras más motivado está el deportista por el desempeño, es más probable que su mente se enfoque demasiado en el resultado, aumentando el nivel de presión psíquica. En respuesta a la alta exigencia que se aproxima, el sistema nervioso aumenta la respuesta de alarma, para bombear más oxígeno y sangre y así poder responder a la tarea.

Sin embargo, en la mayoría de los casos los niños y jóvenes no han sido preparados para regular este exceso de energía y poder dirigirlo adecuadamente al partido, por lo que los rebasa e incluso puede agotarlos antes de comenzar.

Para poder abordar adecuadamente la fiebre de prearranque el deportista necesita aprender técnicas que le permitan tener el suficiente nivel de calma, sin reducir la fuerza, potencia y velocidad de reacción que requerirá para competir a su máxima expresión.

¿Te gustaría saber cómo hacerlo? Esto es algo de lo que veremos en el taller del sábado.

FUENTE: Nury Moguel Núñez. Psicología Deportiva.

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