Las semillas del fútbol.

Tengo en mi jardín un pequeño árbol que trasplanté a una maceta… lo descubrí abriéndose paso en una pared de mi casa cuando tan solo era un brote, pero crecía tan rápido que me di cuenta que estaba decidido a quedarse ahí y temí por mi pared. Entonces cometí el error de querer apropiármelo, le puse buena tierra y abono pero ya nunca ha sido el mismo, perdió su brillo. ¿Por qué será que las personas tenemos ese terrible impulso interno de querer cultivar aquello que no requiere jardinero?

Veo a muchos de mis muchachos así: mostraron el potencial de su semilla cuando tan solo eran unos pequeños brotes en la cancha, pero el impulso humano de querer llevarlos a su máxima potencia provoca que a veces abonemos de más, cuidemos de más y también, ciertamente, la reguemos de más.

A final de cuentas, aquel niño en cuyo interior vive la semilla del talento la mostrará cuando sea su momento; no es algo en lo que podamos provocar a fuerza de voluntad, de exigencias o de inversiones económicas. Si lo tiene lo mostrará y sino, mostrará algún otro talento… en su momento.

Sobre involucrarte en la vida de tu hijo puede volverse extenuante para ambos. Por favor mamá, papá, confía en él, en el tiempo y en la voluntad de Dios, tu solo siéntate y disfruta el partido.

FUENTE: Nury Moguel Núñez. Psicología Deportiva.

LaFutboleriaCanaria

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