Esa maldita costumbre de querer hacer todo solo.
Esa envidia que caracteriza al jugador talentoso que pasa de ser una virtud, a convertirse en defecto.
Es un deporte en «equipo», si no te gusta, vete a practicar atletismo, ahi si puedes correr a tu antojo como desquiciado.
No soltar la bola cuando se debe.
Hacer una de más.
No apoyarte cuando te estas ahogando completamente.
Detalles tan sencillos que te cuesta un montón llevar a cabo.
¡Suelta la maldita pelota! Y verás, como brillará más tu juego.
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FUENTE: Cancha Registrada